jueves, 28 de febrero de 2013

El ducado de Milán



El Ducado de Milán, también conocido como Milanesado o Estado de Milán, fue durante la Edad Media la principal potencia del norte de Italia, adquiriendo un gran poder tanto político como económico. Sus orígenes se remontan en el año 1395, fecha en la que el emperador Wenceslao concede el título de Duque de Milán a Gian Galeazzo Visconti. Su dominio se extendió con la anexión de Verona, Vicenza, Padua, Pisa, Perusa y Bolonia. Tras la muerte de los Visconti en 1447, el ducado fue declarado República. Pero la república duró poco tiempo: Francesco Sforza, tomó Milán en 1450 y se autoproclamó duque. Con la dinastía de los Sforza, Milán alcanzó su esplendor cultural y artístico, hasta que en 1499 fue conquistada por Luis XII, hijo del duque de Orleans y legítimo heredero del ducado.  El dominio francés se mantuvo de manera intermitente hasta 1529, cuando  se produce la renuncia francesa al ducado de Milán y la restitución de nuevo de los Sforza hasta 1535. En este año Francisco II Sforza muere sin herederos y el Milanesado se incorpora al Imperio Español. En 1540 Carlos V se lo cede a su hijo Felipe II. Durante 170 años permaneció bajo dominio español siendo una capital de provincia más. Favorecido por su situación geográfica, se convierte en una gran fuerza económica gracias al comercio de la lana y la seda así como a su potente industria de armas. En 1713 España se ve obligada a ceder el ducado de Milán a Austria a causa del tratado de Utrecht, y los austriacos reforman totalmente la ciudad. Finalmente, en 1797 las tropas napoleónicas entran en Milán y la convierten en capital de la Republica Cisalpina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario